Como os prometí, os enseño como adorné este año la mesa de Nochebuena.
Como centros de flores una lechera y un azucarero de la vajilla de mi madre, rosas blancas, pimienta dorada en ramitas y cristal rojo para las velas.
Y para acompañar al Niño Jesús y anunciar la Buena Nueva una vela con un aroma que te transporta al Oriente, a tiempos muy lejanos...
Una fragancia mítica de Nïcolai, Maharadjah, con lavanda, romero, canela y un fondo picante con Vainilla, Madera de Sándalo y Pachulí.
Les Parfums de Nïcolai |
!!!Felices Fiestas!!!
Una idea fantástica. Tan sencillo y elegante. Gracias por tu consejo. Y Feliz Navidad a todos
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Me anima mucho a seguir con el blog.
EliminarQué centro tan precioso. Siempre con un gusto exquisito.¡Enhorabuena por tu blog!
ResponderEliminarGracias por el ánimo para seguir en esta nueva aventura.
EliminarMe encantan las rosas blancas... y los perfumes de Nicolaï, qué buen tandem!!
ResponderEliminarZorionak! Irene
Me alegro que te haya gustado. Gracias por tu comentario.
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